Guillem D'Efak, aborda el papel de los museos como activos para la salud y el bienestar individual y comunitario. Argumenta que las artes poseen un superpoder o magia que genera emociones y conexiones, siendo fundamentales para la supervivencia y evolución humana, no un lujo. De Efak promueve una concepción de la salud basada en el modelo biopsicosocial de la OMS (físico, psíquico y social), señalando que la mayoría de las enfermedades tienen un origen social y requieren soluciones sociales. En este sentido, identifica a los museos, escuelas y bibliotecas como "activos comunitarios de salud". Distingue entre “artes y salud” (beneficios intrínsecos) y “artes en salud” (intervenciones con objetivos de salud específicos). Para estas últimas, enfatiza la necesidad de cocreación con profesionales de la salud, participación de los usuarios y una rigurosa evaluación para generar evidencia, como se demostró en un programa del MNAC con niños con cáncer que reveló beneficios inesperados para los padres. Concluye que el uso metodológico de las artes puede potenciar su impacto, especialmente en términos de equidad, al conseguir a personas que no accederían al museo por otras vías